Hoy estoy mucho más indignado. Hace muy poco me decian por twitter que "hace falta es seguir teniendo fe en las personas" y es lo que cada día me hace darme cuenta de que, por culpa de cada uno de nosotros, la situación no va a cambiar y solo puede ir a peor.
Hoy, volviendo de hacerme unas pruebas de salud, que siempre te situan en un punto de inflexión, quería confiar en que de todo se sale. Pero me he encontrado una situación que me ha decepcionado muchísimo. Una parte de mí quiere pensar que no había nada de malo pero la otra se rie de mís absurdos pensamientos.
Os cuento. Bajamos medio centenar de personas del vagón del tren y te encuentras a una mujer empujando un carrito de bebé (que tenía unas bolsas) y en la otra mano a una niña de unos 2 añitos. Para salir de la estación hay que pasar por un tunel subterraneo al que se accede por escaleras o por un ascensor de minusválidos. Este último estaba estropeado o no estaba en funcionamiento. La mujer trata de bajar las escaleras como puede. Todo el mundo la esquiva y se va marcha.
No puedo dejar de pensar en como la mujer a cada dos escalones que hemos bajado y despues hemos subido me ha dado las gracias con un eco de su hija que hacia lo propio de una buena educación. He recibido mil gracias pero no como se dan de una vez. Las he recibido una y otra vez y me han hecho sentir mucha vergüenza. Esa mujer era extrangera, tal vez rumana, pero no es una cuestión de juzgar si como un racista puede pensar ha delinquido o no. Es una cuestion humana.
Por favor, no perdamos la humanidad. Quizá nos están tratando mal los politicos, podemos estar muy dolidos por nuestros problemas personales, pero no la perdamos nunca porque es lo único que nos queda.
Hoy veo el vaso medio vacio (aunque no tiro la toalla).